Desprendimiento del Vítreo Posterior
La parte central del ojo esta llena de una sustancia gelatinosa que se llama vítreo, de hecho el Vítreo ocupa el 80% de volumen de ojo. El vítreo es una malla formada por fibrillas muy delgadas y tensionadas desde anterior hacia posterior y suspendidos en una sustancia viscosa. El vítreo joven esta adherido a la retina en la parte posterior del ojo por medio de millones de fibrillas microscópicas. Con el tiempo, el cuerpo vítreo se empieza a degenerar, aparece la licuefacción de la parte central gelatinosa del vítreo y un desacoplamiento de fibrillas. Esta es la causa por la cual las personas a partir de los 30 años empiezan a ver puntos flotantes o arañas que son las fibrillas sueltas.
El proceso degenerativo progresa, la sustancia viscosa se vuelve cada vez mas aguada, mayor parte de las fibrillas están sueltas y el proceso culmina en el colapso del cuerpo vítreo total y en la separación completa de la retina. Este proceso de colapso con separación de la retina se llama Desprendimiento del Vítreo Posterior. La mayoría de las personas con DVP no notan ningún síntoma sin embargo algunos presentan síntomas como destellos de luz en la visión periférica y aumento repentino de moscas volantes o sombras. El DVP, como las arrugas, forma parte de cambios relacionados con el envejecimiento, por lo cual se requiere un tratamiento especial. La mayoría de la personas alrededor de los 70 años tiene DVP. Existen varios factores de riesgo que pueden causar un DVP prematuro que son: miopía, cirugía intraocular, trauma ocular.
En más del 90% de los casos, el DVP es una alteración benigna asintomática. Algunos pacientes pueden ver múltiples puntos móviles (moscas volantes) que pueden ser molestos durante los primeros días sin embargo la sintomatología mejora en el transcurso de 2 a 3 meses. En muy pocos casos, las personas con DVP tienen problemas, cuando el vítreo tiene adherencias anómalas en la retina periférica y durante su desprendimiento genera tracción y posterior desgarro de la retina. El desgarro de la retina es una situación peligrosa por el riesgo de desprendimiento de retina.
Signos de alarma: abundantes puntos y sombras móviles, relámpagos en campo lateral son signos que requieren control prioritario por oftalmología .